En cuanto Elon Musk se hizo cargo de Twitter, despidió a la mitad de su plantilla y pidió a la otra mitad que se presentara en la oficina.
Musk quiere que trabajes al menos 40 horas en la oficina. Luego puedes trabajar otras 40 horas en tu casa si lo deseas.
Es el mismo enfoque que utilizó en SpaceX y Tesla y no se excluye a sí mismo ni a sus ejecutivos de aparecer en la oficina: “Cuanto más alto sea tu nivel, más visible debe ser tu presencia en la oficina”.
El CEO de Netflix, Reed Hastings, no “ve nada positivo” en trabajar desde casa. Hastings declaró al Wall Street Journal: “No poder reunirse en persona, sobre todo a nivel internacional, es algo puramente negativo”.
El director ejecutivo de Apple, Tim Cook, quiere que la gente esté en la oficina los lunes, martes y jueves y que trabaje de forma “flexible” los miércoles y viernes. Por supuesto, algunos se enfadan, pero a Cook no le importa, y a su empresa le va mejor.
James Dimon, el CEO de JP Morgan Chase, dijo que trabajar desde casa no funciona para todos, en particular para aquellos que quieren hacer una diferencia en el mundo: “No funciona para aquellos que quieren trabajar duro. No funciona para la generación espontánea de ideas. No funciona para la cultura”.
Art Markman, profesor de psicología y marketing de la Universidad de Texas en Austin, en un artículo publicado en Harvard Business Review con el título “Por qué es posible que quieras volver a la oficina”, explica que “cuando observas las acciones de otras personas, sueles adoptar sus mismos objetivos. Estar rodeado de un grupo de personas que trabajan por una misión común refuerza ese objetivo en todos los que están en el lugar de trabajo.”