Recientemente en una universidad americana se descubrieron unas pintadas racistas. Se acusó a los estudiantes blancos de hacer la pintada.
Tras realizar una investigación, se determinó que el responsable era un estudiante de raza negra que había causado las pintadas. ¿Quería acusar falsamente de racismo?
La cuestión es que la universidad al resumir la situación, no ha hecho referencia directa a la raza del responsable.
Earlier today, we identified the individual responsible for the racist and anti-Semitic graffiti in Mitchell Towers. The student, who was acting alone, acknowledged their responsibility for these incidents. (1/5)— Albion College (@albioncollege) April 7, 2021
“The individual” el individuo. Ninguna referencia a la raza en ese tweet o en los cinco posteriores.
De todas las respuestas hay una que me parece que es la que mejor define la situación.
Once again…..demand for racism is outpacing supply.— Jeremy Granger (@stealthgranger) April 8, 2021
Demanda y oferta
Es indudable que hace no muchos años existía el racismo contra los negros en la sociedad americana. Las leyes concedían diferentes derechos a los negros y a los blancos. Había gente que denunciaba esas situaciones de racismo, pero no demasiada.
Con el tiempo el racismo se ha eliminado, no hay en Estados Unidos leyes que traten peor a los negros que a los blancos. Al contrario sí hay ventajas que tienen los negros y no tienen los blancos ( por ejemplo recientemente en un municipio de Estados Unidos se pagó una cantidad a todos los negros que vivían allí como reparación por el racismo)
Aunque pueda haber actitudes sociales de rechazo a los negros, es evidente que son actualmente muy minoritarias.
En este entorno de muy escasa oferta de racismo, la demanda es más alta que nunca. Hay muchísimas personas que desean sentirse justas (“social justice warriors” se les llama en inglés) y que miran con lupa todas las situaciones en las que un colectivo antiguamente perjudicado está aun (real o supuestamente) perjudicado.
¿Por qué miran con lupa esas situaciones y callan ante las situaciones en que la discriminación es contra los antes beneficiados? Porque es más cómodo ir a favor de las corrientes que marcan las grandes empresas, los políticos y los medios de comunicación.
Demasiada gente deseando mostrar lo pura moralmente que es y demasiadas pocas oportunidades para demostrarlo.
Menos oferta que demanda.
Y como podrás imaginar, no se trata solo de racismo. Lo mismo pasa con el feminismo, con los derechos de los homosexuales y con muchos otros casos de minorías antes oprimidas y ahora, con el postmodernismo, descaradamente promovidas.