136 países, que representan el 90% del PIB mundial, acordaron establecer una tasa impositiva corporativa mínima global del 15%. Con el acuerdo vigente, las corporaciones multinacionales que dependen de la propiedad intelectual, el software, las patentes o los activos digitales tendrán muchas más dificultades para evitar impuestos en los mercados internacionales. Los signatarios ahora tienen hasta 2023 para poner la resolución en acción.
La decisión: la resolución de la OCDE también impondrá un impuesto del 25% sobre los beneficios excedentes de las mayores corporaciones multinacionales (los que superen el 10% de los ingresos), independientemente de dónde se encuentren. Los países con impuestos bajos como Irlanda y Hungría aceptaron el acuerdo después de haberles asegurado que el piso no se elevaría por encima del 15% y que se les daría tiempo para implementar el gravamen.
Las consecuencias: este impuesto podría ser una bendición para los presupuestos con problemas de liquidez de muchos países después del brote. Sin embargo, el acuerdo puede resultar en una reubicación de la sede corporativa a naciones como Chipre, que es miembro de la UE y la Eurozona pero no es signatario de la resolución. Chipre tiene una tasa impositiva corporativa del 12,5 por ciento, que es la misma que la tasa impositiva actual de Irlanda. Apple y Google ganan $ 25 mil millones y $ 17 mil millones por trimestre en Europa, respectivamente, y su carga fiscal anual puede aumentar hasta $ 2.5 mil millones y $ 1.7 mil millones si se promulga este nuevo impuesto.